INVESTIGACIÓN EN ENFERMERÍA

 La investigación en una función ineludible e inseparable del profesional de enfermería. Está en los deberes del código deontológico de enfermería y debiera estar en el consciente de cada enfermera y enfermero (9). La investigación en enfermería es aquella realizada por enfermeras(os), cuyos resultados deben aportar mejoras en la práctica de enfermería. También se incluye la investigación realizada por enfermeras(os) en grupos multidisciplinarios donde se desea encontrar la respuesta o solución a un problema específico desde el punto de vista de cada disciplina (10).

¿Para qué es la investigación en enfermería? La investigación en enfermería tiene varios objetivos, uno de ellos y que es muy importante, es la generación de conocimiento, con el fin de mejorar la efectividad, eficiencia (intervenciones costo-efectivas) y seguridad en la gestión y ejecución del cuidado al paciente. Según Triviño y Sanhueza, las actividades de docencia, asistencia, gestión e investigación son los escenarios concretos que permiten la construcción del conocimiento en enfermería (10).

Objetivos de la Investigación

La investigación permite generar conocimiento y construir la Evidencia de Enfermería para sustentar las acciones de enfermería con mayor certidumbre y basada en la demostración científica.

El principal objetivo es, mejorar la Calidad de la intervención de enfermería. Este se desglosa en:

A. Mejorar la efectividad del cuidado: Las acciones de enfermería deben cumplir con el objetivo para lo cual fueron pensadas y producir el efecto deseado. Concretamente, deben tener un impacto positivo en los cuidados y la gestión de éstos, tanto en la prevención como en el tratamiento de los problemas de salud. Por impacto se entiende, que genere y produzca un cambio, que se refleje en una inflexión de la curva epidemiológica del problema, modificando la tendencia del mismo, disminuyendo la frecuencia porcentual del problema de salud. Este impacto puede ir desde un nivel de prevención primaria, secundaria o terciaria o de atención primaria, secundaria o terciaria hasta un nivel epidemiológico y social.

B. Mejorar la eficiencia del cuidado: Es utilizar los recursos que son factibles de percibir, a fin de satisfacer las necesidades del paciente. En el ámbito de la gestión del cuidado, se concreta en el uso racional de los recursos disponibles: humanos, materiales y de tiempo, que permitan hacer efectiva las acciones de enfermería.

C. Mejorar la seguridad de la intervención de enfermería: Específicamente en la prevención y diminución de eventos adversos. Esto se realiza a través de la vigilancia, autoevaluación, medición y formación.

D. Construir la evidencia científica para sustentar las acciones de enfermería: La práctica de enfermería en las últimas décadas está luchando por conformar un cuerpo de conocimientos propio que le permitan un trabajo independiente de la práctica médica, lo que se logrará, según Castrillón (12), con la articulación de las teorías generales, la investigación y la práctica fundamentada en evidencias.

A este concepto se le ha llamado Enfermería basada en evidencia (EBE) (13), que se define según Ingersoll, como “el uso consciente, explícito y juicioso de información derivada de la teoría y basada en investigación, para la toma de decisiones sobre prestación de cuidados a sujetos o grupos, teniendo en cuenta sus preferencias y necesidades individuales” (14).

En concordancia con lo anterior, Alfaro plantea que “el pensamiento crítico enfermero debe considerar, entre otros aspectos, los resultados esperables, el contexto, los conocimientos, los recursos y el paciente” (18).

La práctica de la Medicina Basada en la Evidencia (MBE) fue descrita por primera vez por Sackett en 1996 y se definió como “la utilización consciente, explícita y juiciosa de la mejor evidencia clínica disponible para tomar decisiones sobre el cuidado de cada paciente” (15).

La investigación es parte constitutiva de la EBE y no es factible llevar a cabo la práctica de EBE, si no hay construcción de ésta y la única forma de producir y edificar la evidencia en enfermería, es a través de la investigación. Los únicos que podemos hacer esta tarea, somos los mismos profesionales de enfermería.

Los elementos constitutivos de la EBE son cuatro [16][17]:

La investigación: Cuyos resultados aportan la mejor evidencia para realizar una determinada intervención.

La experiencia profesional: Conocimientos adquiridos por años de ejercicio profesional, que permite la toma de decisiones acertadas en situaciones difíciles.

Las expectativas, preferencias y/o los valores de los usuarios: Lo que implica dejar de lado la práctica paternalista ancestralmente arraigada.

Los recursos disponibles: Instrumentos que evalúen las intervenciones.

A pesar de todo ello y conscientes de la relevancia del desarrollo de la investigación en la labor de enfermería, no es posible soslayar que en la realidad de la enfermera y enfermero existen factores que dificultan el desarrollo y ejecución de investigación. Las principales razones son (10):

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La sobrecarga de trabajo asistencial.

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La creencia de que es un área compleja.

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La falta de tiempo protegido para la investigación o la academia. Esto es porque no está considerado en las horas contratadas de trabajo, el tiempo para estudiar, formarse e investigar. Mientras el tiempo protegido no esté contemplado dentro de las funciones de las enfermeras o enfermeros, difícilmente podrán desarrollarse en esta área.

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Características propias de la idiosincrasia y sociología de la profesión, con la creencia que la enfermería solo tiene un rol asistencial. Triviño y Sanhueza (11) refieren que existe debilidad en el número y conformación de grupos y núcleos de investigación desde la academia y la asistencia, que generen espacios de reflexión, análisis y producción, refiriéndose a la producción científica.

La formación en metodología de la investigación y en análisis crítico de la literatura científica son fundamentales para el desarrollo de estas competencias. Desde el espacio académico en la universidad, tanto en el pregrado como en el posgrado, es deber de éstas formar en investigación en enfermería e incentivar a los estudiantes por medio de la enseñanza de metodología de la investigación.

No obstante las dificultades mencionadas, la enfermería en Chile ha creado sus medios de divulgación científica propia. Ejemplos de estos son la revista Horizonte de Enfermería, publicación científica de la Escuela de Enfermería de la Pontificia Universidad Católica de Chile fundada en 1990. La revista Ciencia y Enfermería fundada en 1995, editada como órgano oficial de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Concepción y la Revista de Enfermería, que es el órgano oficial de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Chile. En consecuencia, en Chile están los medios de divulgación científica para informarse y actualizarse en la investigación que está desarrollando la enfermería en nuestro país y dar a conocer y publicar nuestros propios estudios.